Era lo más parecido a estar en una pesadilla.
Todas las contracciones vividas por aire libre que respiraba a mi lado, proyectaban situaciones que ya no necesitaba. Intente matar ideas que revoloteaban pero crecieron en edad y en prejuicios como moscas que duran más de tres días. Vidas insignificantes que molestan en el aire, estar vivo martirizando a la víctima no es mas que esencia sabor a muerte.
Hoy me desperté y no sentí nada, me quede en un sueño que no duro más que tres dulces pensamientos.
Ahora no importa nada y eso me preocupa porque soy egoísta y no me quiero olvidar de mí. De mis adentros y de mi sufrimiento, pero el cansancio es tierno y me mantiene en nada, ese sentimiento fantasma que la vida no ve y las personas temen.
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