Camila Y Gabriel no se conocen, bueno no en esta vida,
lo triste es que no lo harán porque si algún día llegaran
a hacerlo el choque de sus miradas y el amor que producirían
a partir de ese momento formaría un hoyo negro.
Camila tiene la habilidad de emanar palabras perfumadas de
rosa desde su boca y Gabriel no es músico pero el es música.
El sentimiento que los hace a los 2 tan compatibles es el amor
mismo y la adoración al sonido de la inequívoca melodía del
silencio eterno, incomprendida en un mar de perplejidad.
Aimez, aimez, aimez tout le reste n’est rien.
De La Fontaine.
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